Francisco Wuytack, mejor conocido como el Padre de la Vega, regresó a Venezuela, después de haber sido expulsado de nuestro país y ser declarado persona no grata por el gobierno IV republicano de Rafael Caldera. Treinta años después volvió, lleno de esperanzas y expectativas, a conocer el proceso liderizado por el Presidente Chávez y compartir los cambios impulsados desde los sectores populares.
Francisco Wuytack nace el 30 de septiembre de 1934 en Sint Niklaas, Bélgica. Paralelamente con sus estudios de primaria inicia sus estudios de dibujo y escultura en la Academia de Bellas Artes. A sus catorce años trabaja como obrero metalúrgico en astilleros. A los quince años comienza sus estudios religiosos en un Seminario de Vocaciones Tardías. En esos años de seminarista participa en actividades sociales y culturales. En 1960 es ordenado sacerdote. En 1965 realiza un curso en la Universidad de Lovaina de español y sociología con énfasis en la realidad latinoamericana. El año de 1966 viaja a Venezuela con intención de trabajar como cura obrero en el Puerto de La Guaira. Al no existir ese tipo de programa en Venezuela, lucha para ser enviado a los barrios de la parroquia La Vega, en Caracas.
Desde 1966 hasta 1970 vive en el barrio El Carmen de La Vega y realiza actividades sociales en Los Paraparos, Carapita, Cota 905. Campo Rico de Petare, entre otros. Lucha por obtener cupos para los niños, crea escuelitas alternativas, auspicia movimientos populares por la obtención de beneficios para los barrios: luz eléctrica, servicio de aguas blancas y aguas servidas, calles y carreteras en los cerros; critica el sistema social que excluye a los pobres, propone un salario mínimo de 200 dólares, y pensión para los obreros cesantes. Paralelamente realiza actividades culturales en los barrios: crea un orfeón y un grupo de teatro, monta exposiciones de artes plásticas y de fotografía en los barrios, conferencias y grupos de reflexión e investigación. Todo acompañado por un grupo de jóvenes que conforman un movimiento social. Sus actividades sociales lo enfrentan con el gobierno de Caldera y es expulsado del país en 1970.
A partir de 1970 realiza estudios de escultura en la Academia de Artes de Bruselas, obtiene por primera vez un importante premio como escultor: la “Medalla de Oro de la ciudad de Bruselas” y paralelamente continúa sus luchas sociales. A raíz de una huelga que paralizó el puerto de Amberes es suspendido como sacerdote por su obispo. En 1973 viaja clandestinamente a Venezuela con apoyo de las FALN y continúa sus luchas en los barrios de Carapita y La Vega hasta que en julio de 1974 es detenido violentamente y expulsado de nuevo, esta vez por el gobierno de Carlos Andrés Pérez. Desde 1974 hasta 1979 trabaja como restaurador en la Catedral de
La historia que solo mencina a los protagonistas, de los cuales no renegamos, los reconocemos como vanguardia. quisiera saber de ese grupo de jovenes que acompañaron al padre Francisco, que fueron mis compañeros de celda en COTIZA en 1966. Hoy invisibles por obra y gracia de quienes escriben la historia. Reivindico a aquellos nueve jovenes victima de la represión, cinco de ellos lograron salir bajo un plan de fuga fraguado por dos guerrilleros de 16 años recluidos allí, se simuló una epidemia de sarampión utilizando para ello mercurio cromo y papel periodico para ocacionar la fiebre artificial. tiempos de lucha en la cuarta republica, con setenta años a cuesta nadie me echa cuentos.
ResponderEliminarSALUDOS.
ResponderEliminarCUANDO LA LUCHA POR REINVINDICACIONESSOCIALES NO ERAN USADOS PARA HACER PROSELITISMO POLITICO SINO COMO ACTO DE VISIBILIZAR A LOS EXCLUIDOS Y VULNERADOS... QUE FALTA HACEN ESOS VALORES DONDE NO SE ESPERA MAS RECOMPENSA QUE HABER HECHO LO CORREPTO EN PRO DE LA HUMANIDAD. QUE FALTA HACE ALI GOMEZ GARCIA, QUE FALTA HACE EL PADRE FRANCISCO, QUE FALTA HACE UN EJEMPLO COMO EL TUYO...